El Dolmen de Guadalperal: un viaje al pasado de España

El Dolmen de Guadalperal: El “Stonehenge” Español Sumergido Bajo El Agua

Sumergido en el embalse de Valdecañas, en la provincia de Cáceres, emerge durante las sequías un tesoro arqueológico que despierta la curiosidad y fascinación de propios y extraños. Se trata del Dolmen de Guadalperal, muchas veces apodado como el “Stonehenge” español, un monumento megalítico que encierra secretos de un pasado lejano.

Este ancestral conjunto de piedras, que ha desafiado el tiempo y las inclemencias de la naturaleza, es un espejo que refleja las creencias y la cultura neolítica de los pobladores que habitaron la península ibérica hace más de 6.000 años. Es una puerta abierta a la historia que, pese a su relevancia, enfrenta el peligro de quedar oculto bajo las aguas.

¿Dónde se encuentra el Dolmen de Guadalperal?

Anclado en las tierras de Extremadura, el Dolmen de Guadalperal se ubica en el término municipal de El Gordo, Cáceres. Este sitio histórico, que se asienta en el margen del embalse de Valdecañas, es un punto de interés que atrae a turistas y estudiosos por igual.

Aunque sus piedras permanecen la mayor parte del tiempo bajo el agua, las épocas de sequía permiten que el dolmen se revele en toda su magnificencia, ofreciendo una imagen espectacular y única que captura la herencia de una de las civilizaciones más antiguas de España.

El Campo Arañuelo, en el que se localiza, es una comarca que, además de albergar este monumento megalítico, se caracteriza por su rica biodiversidad y paisajes que invitan a ser descubiertos. A su vez, la proximidad de la localidad a otros puntos de interés cultural hace que una visita al dolmen pueda complementarse con un itinerario más amplio por la región.

¿Qué historia encierra el Dolmen de Guadalperal?

Fue en 1925 cuando Hugo Obermaier descubrió este sitio histórico, arrojando luz sobre una estructura que data aproximadamente del 4.000 a.C. El Dolmen de Guadalperal, construido con más de 150 lajas de granito, servía como lugar de entierro, reflejo de las prácticas funerarias y espirituales de la cultura neolítica.

La historia de este lugar no se detiene en su función de sepulcro. Las investigaciones sugieren que también tenía un uso astronómico y religioso, aspectos que se entrelazan con la visión del mundo y el cosmos que tenían sus constructores.

La comparación con Stonehenge, aunque frecuente, es inexacta. A pesar de compartir la condición de monumentos prehistóricos, el dolmen tiene características propias que lo distinguen claramente del famoso círculo de piedras británico.

¿Cómo se accede al Dolmen de Guadalperal?

Llegar al Dolmen de Guadalperal requiere de un poco de planificación, sobre todo teniendo en cuenta las fluctuaciones del nivel del agua del embalse de Valdecañas. Durante los períodos de sequía, se vuelve más accesible y es posible llegar a pie o en vehículos todoterreno, siempre con el debido cuidado y respeto por el entorno.

La mejor recomendación es consultar el estado del embalse y el clima antes de emprender la visita, así como considerar la posibilidad de contar con un guía local que conozca bien el terreno y pueda enriquecer la experiencia con datos y anécdotas sobre el lugar.

¿Es verdaderamente el Dolmen de Guadalperal un tesoro en peligro?

La lucha contra el tiempo y la naturaleza.

Indiscutiblemente, el Dolmen de Guadalperal es un tesoro en peligro. La subida y bajada periódica del nivel del agua pone en riesgo la conservación de las estructuras pétreas, que sufren la erosión y los cambios bruscos de temperatura y humedad.

La preocupación por su futuro ha llevado a numerosos expertos y organizaciones a pedir medidas de protección para el dolmen. Entre las posibles soluciones se ha mencionado el drenaje del área que lo rodea o incluso el traslado de las piedras a un lugar seguro donde puedan ser preservadas y estudiadas.

La voz de alarma sobre la necesidad de salvaguardar el Dolmen de Guadalperal se hace cada vez más fuerte, evidenciando la necesidad de una acción conjunta entre autoridades, expertos y la sociedad civil.

¿Cuáles son las características del Dolmen de Guadalperal?

El Dolmen de Guadalperal se compone de una impresionante cámara ovalada con un corredor de acceso. Estas lajas de granito, algunas de las cuales alcanzan alturas significativas, están dispuestas de forma que delinean un espacio ceremonial que ha resistido el paso de los milenios.

• La disposición de las lajas sugiere una orientación astronómica precisa.
• Los menhires, o piedras verticales, destacan por su tamaño y por la disposición que parece seguir el curso del sol.
• Algunas de las piedras presentan grabados y marcas que podrían tener significados simbólicos o religiosos.

¿Se verá el Dolmen de Guadalperal en el futuro?

El futuro del Dolmen de Guadalperal es incierto. Aunque los periodos de sequía permiten que asome y nos regale su imponente presencia, la preocupación por su conservación es constante. La voluntad de las autoridades y la sensibilización de la población serán clave para determinar si este monumento tendrá la oportunidad de ser preservado para generaciones futuras.

El potencial del dolmen como sitio de interés cultural y turístico es evidente, y su adecuada gestión podría convertirse en un beneficio para la región, a la vez que garantizaría su supervivencia.

Entre los manjares de la tierra que rodea al dolmen, los visitantes pueden deleitarse con platos típicos de la región, donde los productos de la dehesa y el cerdo ibérico tienen un lugar destacado. Un buen plato de jamón de bellota, acompañado de un vino de la tierra, puede ser el complemento perfecto tras una jornada explorando la historia milenaria que encierra el Dolmen de Guadalperal.

La combinación de la riqueza cultural y gastronómica convierte a la visita del Dolmen de Guadalperal en una experiencia inolvidable, un viaje a las raíces de España que se palpa tanto en el espíritu como en el paladar. Con la esperanza de que este legado continúe emergiendo de las aguas, nos despedimos de este enclave histórico, testigo silencioso de una era que aún tiene mucho que contar.